martes, 24 de marzo de 2015

"NORMAL" VERSUS "ANORMAL"

        Es curioso ver como habitualmente usamos el término "normal" en educación para referirnos al otro. Pero, ¿qué consideramos por "normal"? ¿dónde están los limites entre lo "normal" y lo "anormal"?

        En palabras de Nirje “normal” es levantarse de la cama cada mañana, vestirse como el promedio e ir al trabajo o a la escuela. Hacer proyectos para realizar durante el día, por la noche recordar lo que se ha hecho durante la jornada. Almorzar a la hora normal, ni más tarde ni más temprano. “Normal” es vivir en un sitio, trabajar o ir a la escuela y divertirse en otro lugar diferente. “Normal” significa tener un ritmo anual, ir un tiempo de vacaciones y volver al trabajo y la escuela. “Normal” es tener experiencias acordes con cada ciclo de vida. En la niñez, adolescencia y adultez se presentan unos intereses determinados, cuando se es anciano se recuerda la vida pasada por la que se ha llegado de algún modo. “Normal” es tener diversas oportunidades de escoger. De niños podemos escoger entre varios juguetes, de adultos dónde vivir, qué trabajo queremos hacer. “Normal” es vivir en un mundo de dos sexos, decidir si te gusta conocer chicos o chicas, enamorarse y decidir si emparejarse o casarse. “Normal” es tener derecho a un nivel económico como el promedio de las personas. Poder gastar en necesidades personales o en pequeños lujos. “Normal” es vivir en una casa con un vecindario normal.

      De este modo, lo “normal” es hacer accesibles a las personas con diversidad funcional los patrones y condiciones de vida diaria tan semejantes como sea posible a las normas y patrones de la sociedad en general. En definitiva “normal” sería aquello que observamos con más frecuencia, todas esas actividades que realizan la mayoría de los individuos, que a pesar de ser diferentes entre sí les hacen comportarse, vivir y actuar de manera semejante dentro de un contexto social determinado. 

        Pero si consideramos como “normales” a todos los individuos por el simple hecho de funcionar de manera similar estamos clasificando sin motivo aparente como “anormales” a todos aquellos que no llevan a cabo esta serie de actividades. Pienso seriamente que no existe un concepto correcto, adecuado, único del término “normal” y por consiguiente, tampoco para “anormal”. 

       El concepto de “ser humano perfecto” o de “normal ideal” no tiene valor propio, ya que no existe, sino más que en la mente de cada uno de nosotros. Por tanto, será diferente según la interpretación que demos a la “normalidad”.

Ser diferente es la mayor virtud que poseemos, gracias a la cual formamos sociedades diversas. El problema lo tienen todos aquellos que valoran la diferencia negativamente y por tanto, ven en ella una desviación de la “normalidad”. De modo irónico usaré esta imagen de Tonucci "La evaluación" que hace referencia al uso terminológico del que venimos hablando.





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