LA DOBLE DISCRIMINACIÓN
Esta
entrada al Blog la voy a destinar a destacar un fenómeno silenciado,
pero presente durante años a nivel internacional, hablo de la doble
discriminación que sufren algunas mujeres.
Dentro
de los múltiples factores que pueden originar una situación
discriminatoria, la discapacidad se configura como un factor importante
a tener en cuenta, problema que se ve agravado en función de los
factores discriminatorios añadidos que puedan ir sumándosele. De
esta manera, si a las dificultades sociales que encuentran las personas
con discapacidad le sumamos la cuestión de género, nos encontramos con
que las mujeres con discapacidad sufren una doble
discriminación que las situará en una posición desigual con respecto
a la población en general y hombres con discapacidad en particular.
En
esta cuestión se ha basado un estudio de la Universidad de Jaén
(España), desarrollado por Juana Mª Morcillo y Juana Pérez, con el
objetivo fundamental de analizar desde una perspectiva de género la situación actual de la
mujer con discapacidad intelectual que sufre violencia de género, tanto
españolas como de otras nacionalidades.
Podemos
definir violencia de género como la manifestación de las
relaciones sociales, económicas y culturales, que históricamente
se han mantenido de forma desigual entre mujeres y hombres, se
convierte por tanto, en un fenómeno de enorme calado que
afecta, no sólo a la integridad física de las mujeres, sino al
reconocimiento de su dignidad, donde se socava el principio
básico de igualdad entre hombres y mujeres consagradas en la
Constitución española.
Dicho
estudio, concluye que si bien por separado se ha avanzado en
políticas de igualdad de género, en políticas dirigidas personas
con discapacidad, la situación actual de la mujer con
discapacidad no es suficientemente conocida ni reconocida, lo que
conlleva una insuficiente regulación normativa que dé una respuesta
plena a sus derechos y necesidades.
De
esta manera, analizar discapacidad desde una perspectiva de género
se configura en la actualidad como una cuestión totalmente necesaria,
dadas las manifestaciones de opresión y violencia, dirigidas de forma
especial al colectivo femenino, entre ellas el estudio desarrollado por
Morcillo y Pérez (2018) señala las siguientes: asesinatos brutales de
muchas mujeres en manos de sus parejas, turismo sexual,
mutilación de órganos genitales, lapidaciones bajo la acusación
de infidelidad o adulterio, violaciones, agresiones y penas de
muerte a mujeres lesbianas, prostitución forzada y prostitución
de niñas, violaciones colectivas en tiempos de guerra, violaciones
dentro del matrimonio o de relaciones de pareja, trabajo
doméstico agotador, explotación de mujeres cuidadoras, violaciones
con agresión física y/o psíquica, contagio del VIH/Sida por los
propios esposos o compañeros, ase sinatos en serie, abusos
sexuales a mujeres con discapacidad funcional, discapacidad intelectual
y un largo etcétera.
Con
este estudio se hace patente la importancia política de un Pacto de
Estado contra la Violencia de Género donde se igualen derechos y no
haya víctimas de primera y segunda categoría según la gestión de las
políticas públicas que se desarrollen, en esta materia, en la Comunidad
Autónoma donde ellas quedan asentadas.